El régimen de Bashar el Asad abrazó la propuesta de Rusia de poner sus arsenales de armas químicas bajo control internacional, según dijo hoy el jefe de la diplomacia de Damasco Walid Muallem, con lo cual podría detenerse el anunciado ataque estadounidense.

"Siria acoge positivamente la iniciativa rusa en nombre de la preocupación de los dirigentes sirios por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país", dijo Muallem, que elogió la "sabiduría de los dirigentes rusos que intentan evitar la agresión norteamericana contra nuestro pueblo".

La propuesta rusa nació sobre la base de unas declaraciones del secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien, en respuesta a una pregunta, había dicho que el presidente Bashar el Asad puede evitar un ataque militar si entrega las armas químicas. Entonces, Rusia aprovechó para hacerle el pedido a Siria de que ponga sus arsenales de armas químicas bajo control internacional. 

En Estados Unidos evalúan con “escepticismo” esta posibilidad. El Gobierno de Barack Obama ha prometido "estudiar minuciosamente” y discutir con el Gobierno ruso la propuesta. Pero en Washington cuestionan las verdaderas intenciones del régimen de Bashar el Asad. 

Después de una conversación con el presidente, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton declaró que “si Asad renuncia a todas sus armas químicas de forma inmediata, sería un paso importante, pero eso no debe de ser una excusa para retrasar ni obstaculizar la intervención”.

Poner el arsenal químico de Siria –que se supone el mayor del mundo- bajo control de la comunidad internacional requiere la aprobación de la iniciativa en el Consejo de Seguridad, la creación de una comisión de expertos que examine, evalúe, y contabilice las armas que posee el régimen, con garantías de que ha podido acceder al arsenal completo. En un país en guerra por los cuatro costados, eso, de poder hacerse, llevaría muchos meses de trabajo.

Con información de El País