- ¿Quién es Jorge Mario Bergoglio?
- Soy un pecador. Esta es la definición más exacta. No estoy usando una especie de lenguaje figurado o un género literario: Yo soy un pecador.
- ¿Por qué te convertiste en jesuita, un miembro de la Compañía de Jesús?
- Tres cosas en particular me llamaron la atención acerca de la Compañía: el espíritu misionero, la congregación y la disciplina. Y esto es extraño, pues yo soy una persona realmente indisciplinada. Pero fueron su disciplina y la manera en que ellos manejan sus tiempos las cuestiones que me llamaron mucho mi atención.
- ¿Qué fue lo que aprendiste en tu temprana experiencia como superior provincial jesuita de Argentina?
- Mi manera rápida y autoritaria de tomar decisiones me llevó a tener serios problemas y a ser acusado de ser ultraconservador. Viví un tiempo de intensa crisis interior cuando estaba en Córdova. Para ser sincero, nunca fui como la beata Imelda, pero nunca he sido derechista. Era mi forma autoritaria de tomar decisiones lo que creaba problemas.
- ¿Qué es lo que la iglesia debería decir a las personas divorciadas que se han vuelto a casar y a los homosexuales?
En Buenos Aires, yo recibía usualmente cartas de personas homosexuales que estaban siendo “socialmente heridos” porque sentían que la iglesia siempre los condenaba. Pero la iglesia no quiere que ocurra esto. Durante el vuelo de regreso desde Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y se encuentra en búsqueda de Dios, yo no soy nadie para juzgar. Al decir esto, me refería a lo que la catequesis dice. La religión tiene el derecho de expresar su opinión en servicio del pueblo, pero Dios- –en su creación– nos ha hecho libres. No es posible interferir espiritualmente en la vida de las personas.
Una vez alguien me preguntó en tono provocador si aprobaba la homosexualidad. Yo le respondí con otra pregunta: “Dime, cuando Dios observa a una persona gay, ¿respalda su existencia con amor o la rechaza y condena?”. Siempre debemos considerar a la persona.
- ¿Con qué tipo de iglesia sueña?
Nosotros no podemos insistir tan sólo en temas relacionados con el aborto, el matrimonio gay y el uso de métodos anticonceptivos. Esto no es posible. No he hablado mucho sobre estas cosas y he sido regañado por ello. Pero cuando conversamos acerca de estos puntos, tenemos que referirnos a ellos en un contexto. La enseñanza de la Iglesia, en ese sentido, es clara y yo soy un hijo de la iglesia, pero no es necesario hablar de estas cuestiones todo el tiempo.
Las enseñanzas dogmáticas y morales de la iglesia no son equivalentes. El párroco de una iglesia no puede estar obsesionado con la transmisión de multitudes dispersas de doctrinas que suelen ser impuestas insistentemente (…).
Tenemos que encontrar un nuevo equilibrio. Por otro lado, incluso la estructura moral de la iglesia tiende a caerse como un castillo de naipes, perdiendo la frescura y la fragancia del Evangelio. El objetivo del Evangelio debe ser más simple, profundo, radiante. Es por medio de esta proposición que las consecuencias morales pueden fluir.
Digo esto también pensando en la predicación y el contenido de nuestra propia predicación.
- ¿Cuál debe ser el rol de los varios departamentos o congregaciones del Vaticano?
- Ellos son instrumentos de ayuda. En algunos casos, sin embargo, cuando no están funcionando bien, corren el riesgo de convertirse en instituciones censuradas. Es impresionante ver las denuncias hechas por falta de ortodoxia que llegan a Roma. Yo pienso que los casos deben ser investigados por los arzobispos locales, que pueden conseguir valioso apoyo de Roma. Estos casos, en realidad, son mejor manejados de manera local. Las congregaciones romanas son mediadoras, no son administradoras directas.
- ¿Cuál debe ser el rol de la mujer en la iglesia?
- Yo soy cauteloso con una solución que puede verse reducida en una especie de “machismo femenino” porque una mujer tiene diferente composición a la de un hombre. Pero lo que escucho acerca del papel de la mujer es inspirado muchas veces por una ideología de machismo. Las mujeres están haciendo preguntas profundas que deben ser agendadas. La iglesia no puede funcionar sin las mujeres. La mujer es esencial para la iglesia. María, una mujer, es más importante que los arzobispos. Digo esto porque no debemos confundir la función con la dignidad. Es por ello que debemos investigar más profundamente acerca del rol de la mujer en la iglesia. Tan sólo dando este paso será posible hacer una mejor reflexión sobre sus funciones para con la Iglesia. La genialidad femenina es necesaria siempre que tomamos decisiones importantes. El reto para hoy es pensar sobre el lugar específico de la mujer incluso en terrenos donde la autoridad de la iglesia es ejercida por varias áreas de la misma.
- Si el encuentro con Dios es una larga travesía, ¿entonces podemos cometer errores?
Si alguien tiene las respuestas a todas las preguntas (prueba de que Dios no está con este alguien), significa que es un profeta falso que usa la religión para sí mismo. Los grandes líderes del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dejado espacio para la duda. Uno debe dejar espacio para el Señor, no por nuestras certezas pues debemos ser humildes.
(…) Nuestra vida no nos es dada con un libreto de ópera, en donde todo está escrito; significa entonces ir, caminar, hacer, buscar, ver. (…) Debemos entrar a la aventura de la búsqueda del encuentro con Dios; debemos dejar que Dios nos busque y él mismo nos encuentre.
(…) Si el cristiano es un restaurador y legalista que busca que todo esté claro y seguro, entonces no encontrará nada. La tradición y la memoria del pasado nos deben ayudar a tener el coraje de abrir nuevas áreas para Dios. Aquellos que hoy en día buscan soluciones disciplinarias, aquellos que anhelan “seguridad” doctrinal exagerada, aquellos que tercamente tratan de recobrar un pasado que ya no existe: Todos ellos tienen una mirada de las cosas estática y exageradamente introspectiva. En este sentido la fe se convierte en la ideología de todas las demás ideologías. Yo tengo una certeza dogmática: Dios está en la vida de todas las personas. Dios está en la vida de todos. Aun cuando la vida de una persona sea un desastre, aunque esté destrozada por vicios, drogas o cualquier otra cosa, Dios está en la vida de esa persona. Uno puede, uno debe tratar de buscar a Dios en cada vida humana. Así la vida de una persona sea un mundo de espinas y mala hierba, siempre hay espacio en donde la buena semilla puede crecer. Uno debe confiar en Dios.
Publicado: 2013-09-19
El semanario jesuita America Magazine publica el producto de una serie de reuniones que tuvo el pontífice con el padre Antonio Spadaro, director del diario jesuita La Civiltà Cattolica. El Papa, anteriormente cardenal Jorge Mario Bergoglio, habló sobre los errores que cree haber cometido cuando se convirtió en el superior provincial jesuita de Argentina a la “loca” corta edad de 36 años. Él habló acerca de su visión de la iglesia, y por qué había elegido no tomarse mucho tiempo hablando del aborto, del matrimonio gay y de la anticoncepción. Explicó a qué se refirió con el comentario que formó parte de titulares y que hacía referencia sobre las personas gays: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Y dijo que la duda era esencial para encontrar a Dios. (Adaptación del inglés: Elke Reinoso)
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