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Larga vida a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas

Premiar iniciativas de desarme o de prohibición de producción, tenencia y uso de armas de destrucción masiva es un paso adelante importante para la humanidad,

Publicado: 2013-10-11

Tica Font, directora del Instituto Catalán Internacional por la Paz y miembro del Centre Delás d’Estudis per la Pau, y autora del blog 'Crónicas sumisas' en el diario español Público.es acaba de reaccionar ante el Premio Nobel de la Paz que recibió la OPCW. Compartimos su texto.

Una buena decisión conceder el premio nobel a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW), es bueno para los ciudadanos, evitar que haya armas químicas y que las mismas puedan ser utilizadas contra la sociedad civil es una buena noticia, los ciudadanos de a pie podemos estar contentos. Premiar iniciativas de desarme o de prohibición de producción, tenencia y uso de armas de destrucción masiva es un paso adelante importante para la humanidad, es un paso de alejamiento de la barbarie humana.

También ha sido buena noticia que el 14 de octubre entrara en vigor la petición del gobierno de Assad de adherirse a la Convención sobre armas químicas, adherirse a dicho tratado supone renunciar a tener, usar y producir armas químicas.

Es de lamentar que todavía no lo hayan firmado o ratificado: Angola, Corea del Norte, Egipto, Israel, Myanmar y Sudan del Sur, esperemos que este premio nobel ayude a que todos los estados del mundo se adhieran y renuncien a este tipo de armamento.

Hace pocos días los medios de comunicación recogían la noticia que inspectores de la OPCW volvían a Siria con la misión de trabajar en la destrucción de las armas químicas. Las dos noticias son buenas, pero vale la pena recordar que destruir las armas químicas es un proceso lento, por ejemplo Estados Unidos ha destruido el 82% de su arsenal, pero todavía le quedan por destruir 3.000 toneladas y no tiene previsto finalizar su destrucción hasta 2023. Rusia en 1997 declaró que tenía 40.000 toneladas de armas químicas, ha construido 3 plantas de destrucción, está construyendo 4 plantas más de destrucción, para ello ha solicitado a la comunidad internacional ayuda técnica y económica (US$2.000 millones anuales) y ha anunciado que no podrá cumplir con los plazos de destrucción.

Los procesos de destrucción de armas químicas son tecnológicamente sofisticados, requieren instalaciones especiales y es costoso económicamente. Libia en el 2004 firmó el Convenio, declaró disponer de 26 toneladas de gas mostaza y 3 plantas de producción. Hasta el 2013 ha destruido el 85% de las mismas y las 3 plantas y no está previsto que acabe la destrucción hasta el 2016. La Organización para la Prohibición de Armas Químicas ha calculado que la destrucción del arsenal sirio, sin todavía tener toda la información disponible, superará los US$1.000 millones, sin que todavía se conozca quien lo pagará.

Cuando las pasiones en el debate de si hay que atacar el régimen de Siria por haber utilizado armas químicas contra la población civil se enfrían, y hoy que se ha concedido el premio nobel a OPCW, es un buen momento para ampliar el campo de visón y con menos pasión conducirla abordar algunos aspectos.

En primer lugar, en política no hay “hermanitas de la caridad” ni “libertadores” desinteresados, siempre hay intereses políticos o económicos ocultos detrás de las intervenciones, la dificultad puede estribar en reconocer con anterioridad las pretensiones o la finalidad última que se esconde, no tanto la que se nos anuncia a través de declaraciones.

En los últimos días todo el debate estaba centrado en poner el énfasis en la actuación abominable, que lo es, del régimen de Assad por el uso de armas químicas, mostrar imágenes de víctimas inocentes, generar indignación y lanzar el mensaje de que este tipo de actuación no se puede permitir ni consentir y que por tanto hay que castigar mediante el uso de la violencia a quien lo utilice. Hoy tenemos la otra cara de la imagen, premiamos a la organización que tendrá que llevar a cabo la destrucción de dichas armas.

Hoy también sabemos que si Siria disponía de gas sarin era gracias a Inglaterra y Alemania. Alemania vendió componentes para su fabricación durante el 2002-2003 y en el 2005-2006, estos días los gobiernos que autorizaron dichas ventas afirman que estos componentes pueden ser utilizados con otros fines y que desconocían que Siria dispusiera de un arsenal de armas químicas. Inglaterra vendió gas sarin en 2012.

También sabemos que EEUU facilitó gas sarin Sadam Husein para que lo utilizara en la guerra contra Irán.


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