(EFE).- La Organización de Estados Americanos (OEA) intentará reforzar el combate a la trata de personas mediante una mayor cooperación entre organismos policiales del continente, según se informó hoy en Brasilia durante la apertura de una reunión sobre ese delito trasnacional.
"Para combatir ese tipo de crímenes es necesario un trabajo de inteligencia e investigación coordinado", declaró el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, al inaugurar la IV Reunión de Autoridades Nacionales sobre Trata de Personas.
El encuentro es patrocinado por la OEA; se celebra a puertas cerradas hasta este viernes y congrega a delegados de todos los países americanos.
Cardozo explicó durante la inauguración que la intención es que se logre delinear un plan de acción conjunto contra ese delito.
Según un informe publicado el mes pasado por la ONU, una de cada tres víctimas de la trata de personas en el mundo es menor de edad y las mujeres suponen el 70 % de quienes padecen lo que organismos de derechos humanos consideran como una nueva forma de esclavitud.
De acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones, los países latinoamericanos con el mayor número de víctimas de trata de personas son Argentina, Colombia, Brasil, Haití, México y Perú.
Según la brasileña Paulina Duarte, directora del Departamento de Seguridad Pública de la OEA, una de las mayores dificultades para mejorar el combate a las mafias de trata de personas es que la mayoría de las víctimas no denuncia sus padecimientos.
"Las víctimas normalmente no tienen voz. Es un crimen que ocurre en silencio", declaró la funcionaria del organismo en la ceremonia de inauguración de la cita.
Duarte explicó que, en la reunión que se celebra en Brasilia, se establecerán algunos protocolos de asistencia a las víctimas y se discutirán nuevas formas de cooperación a nivel policial.
La funcionaria destacó que, en el ámbito de la OEA, existe "un férreo compromiso multilateral para trabajar conjuntamente hasta lograr la erradicación de ese delito", del cual afirmó que tiene horizontes mucho más amplios que la prostitución, que es una de sus principales vertientes.
Según la legislación internacional, ese crimen consiste en reclutar, transportar y retener a una persona mediante el uso de la fuerza, la coerción o el engaño con el fin de explotarla, no sólo con fines laborales o sexuales, sino también para forzarla a mendigar o, incluso, para el tráfico de órganos.
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