Las monjas de clausura que el domingo rodearon al papa Francisco durante un acto en la Catedral de Nápoles se defendieron hoy de las bromas que han despertado en las redes sociales y en algunos medios en Italia.
"Lamentamos que la señora Littizzetto (conductora de un programa de la televisora Rai) haya pensado que las 'reprimidas' monjas de clausura estaban esperando al papa para abrazar a un hombre. Probablemente para hacer esto habríamos elegido otro lugar u otro hombre... si hubiéramos querido", escribieron las religiosas en su cuenta oficial de Facebook.
Las monjas de clausura del Monasterio de las Clarisas Capuchinas de Nápoles respondieron así a las declaraciones de la actriz y presentadora Luciana Littizzetto durante la transmisión del programa "Che tempo che fa" de la cadena pública italiana Rai.
Analizando el viaje del papa a Nápoles, Littizzetto bromeó sobre la escena que protagonizaron estas monjas cuando acorralaron de forma espontánea al papa, que estaba sentado en una silla, durante el encuentro que mantenía con el clero, los religiosos y los diáconos permanentes en la catedral de la ciudad napolitana.
"El momento más cómico es cuando Francisco conoce a las monjas de clausura. No se entiende si estaban todas en torno al papa porque no habían visto nunca a uno o porque no habían visto nunca a un hombre", ironizó.
Sin que Jorge Bergoglio ni el resto de los asistentes se lo esperaran, el grupo formado por unas 70 monjas de clausura -que habían pedido un permiso especial para salir de su convento en esta ocasión- se levantaron en medio de la celebración del acto y se acercaron con ímpetu al papa para entregarle unos dulces.
La reacción inicial de obispo de Roma fue separarse ligeramente al verse abordado de esta manera, mientras que cardenal napolitano Crescenzio Sepe las riñó de forma simpática: "Menos mal que estas son de clausura. Imagínense las demás", dijo.
El vídeo del momento se ha hecho viral en las redes sociales y solo en la plataforma audiovisual Youtube ha cosechado más de 400.000 reproducciones. EFE