El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, endureció su discurso y planteó que hay que ponerle plazos a las negociaciones de paz con las FARC que ya llevan dos años y cinco meses, tres días después de que las este grupo armado mató a 11 militares en Cauca, en el sureste del país, lo que minó la confianza de los colombianos en ese proceso.
“Llegó la hora de acabar la guerra, la paciencia se nos agota, hay que ponerle plazos a este proceso”, dijo el mandatario durante un acto en la casa presidencial, acompañado de la presidenta de Corea, Park Geun-hye, de visita oficial en Colombia.
Horas después de encabezar junto a la cúpula militar un homenaje a los soldados caídos y de asistir a los servicios fúnebres de uno de ellos en Bogotá, Santos dijo sentir “rabia” como la mayoría de los colombianos que claman “no más FARC, no más violencia”, pero aseguró que recibió un mandato para hacer la paz y no la guerra.
“Señores de las FARC: Escuchen el clamor nacional. No se hagan los sordos ante lo que los colombianos les estamos gritando: ¡Llegó la hora de acabar la guerra!”, agregó Santos en un mensaje a los negociadores de esa guerrilla para que demuestren, con hechos, que quieren acabar con la guerra.
El anuncio se da cuando los diálogos parecen estancados ya que han pasado 10 meses desde que empezó la discusión sobre cómo se reparará a siete millones de víctimas y la justicia a la que se someterían los combatientes después de desmovilizarse, sin que se haya llegado a un acuerdo hasta ahora.
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