1. Laurie Anderson

La autora de “Big Science” ha sido mucho más que la compañera y musa de Lou Reed. 

Criada en la vanguardia neoyorquina, ella fue la encargada de aplacar a la bestia que habitaba en el músico y de dotar de una mayor carga conceptual a su carrera. 

Se conocieron cuando el Soho era un hervidero de creatividad y empezaron a vivir juntos en la década de los noventa, pero no fue hasta 2008 cuando se casaron oficialmente. 

Un año más tarde, en 2009, compartían gira y escenario para presentar “The Yellow Pony And Other Songs And Stories”, espectáculo poético pergeñado con textos y canciones de ambos. 

Antes de eso, sin embargo, su relación ya se había convertido en un trasvase constante de ideas, con Anderson poniendo su violín al servicio de “The Raven” y Reed plantando su guitarra en “Bright Red” y “Life On a String”.

“Conocí a una mujer de mil caras a la que quiero convertir en mi esposa”, cantaba Reed en “Trade In”, de “Set The Twilight Reeling”, uno de los trabajos en los que también se nota la huella de Anderson. 

2. David Bowie

“Fue un maestro”, señaló ayer Bowie a través de su cuenta de Facebook. 

Antes de eso, sin embargo, Reed fue pupilo de un Bowie que consiguió sacar lo mejor del autor de “Satellite Of Love”. 

Sin duda, “Transformer” (1972), el primer gran disco de Lou Reed en solitario, no hubiese sido lo mismo sin la mano amiga de David Bowie. 

El británico recogió a Reed cuando su primer disco en solitario fracasó estrepitosamente y le llevó en volandas hacia esa cima de pop espejado y mugriento que se contorsionaba entre “Vicious”, “Perfect Day” y, cómo no, “Walk On The Wild Side”.

3. Nico 

Cuenta la leyenda que cuando Andy Warhol decidió imponer la presencia de la cantante alemana Nico en el primer disco de la Velvet Underground, Lou Reed y John Cale se revelaron haciéndole la vida imposible. A Reed se le atragantaban los rituales preparatorios de Nico, pero al final, acabó deslumbrado por el personaje y le regaló, para que la cantara, “Femme Fatale”,

4. John Cale

Núcleo duro de The Velvet Underground, banda que formaron junto a Sterling Morrison y Maureen Tucker, John Cale y Lou Reed fueron la pareja artística perfecta hasta que sus respectivos egos empezaron a ocupar demasiado. 

El músico galés aportó el contrapunto musical a las inquietudes literarias de Reed, aplicando al rock lo aprendido de La Monte Young y dándole un revolcón vanguardista a la banda sonora del Nueva York de finales de los sesenta. 

Las fricciones artísticas fueron, precisamente, lo que acabaron con la banda y también con una relación, la de Cale y Reed, que no se reactivaría hasta que falleció Andy Warhol y ambos músicos se reunieron para rendirle homenaje en el sentido "Songs For Drella" (1990). 

"El mundo ha perdido a un buen compositor y poeta. Yo he perdido a mi compañero de recreo", lamentaba ayer Cale en un mensaje en su cuenta de Facebook.

5. Antony

Antes de convertirse en una estrella de voz trémula y de llenar salas y auditorios con su enigmática presencia, Antony fue un artista semidesconocido que muchos descubrieron detrás de las cabriolas vocales del "Perfect Day" que Lou Reed volvió a grabar para "The Raven" (2003). 

Ese mismo año, en el Auditori de Barcelona, vimos lo que Antony era capaz de hacer con "Candy Says": acababa de nacer una estrella, y Lou Reed lo sabía. 

Tanto es así que, además de apadrinarlo y llevárselo de gira como vocalista invitado, el neoyorquino le devolvió el favor poniendo voz en "Fistful Of Love",

Tomado de ABC.

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