El año que termina ha sido bastante malo para el gobierno. Doce meses atrás, el índice de desaprobación del presidente era 37% y termina el año con 73%, una caída de 36 puntos, duplicando la cantidad de ciudadanos descontentos con su actuación como mandatario. El historiador Antonio Zapta hace un recuento en La República sobre el jefe de Estado, sus posibilidades y dificultades.

Si se revisa la encuesta de GfK, publicada el último domingo por La República, se observa que el mes clave fue julio, cuando se hizo pronunciada una caída que venía gestándose. Ese mes debió irse el premier Jiménez Mayor y el nuevo presidente del Consejo de Ministros emprender el Diálogo Nacional, como forma de buscar aliados y arrinconar a opositores tenaces.

Pero, Humala se mostró indeciso y no cambió primer ministro para 28 de julio. Como consecuencia, Jiménez desarrolló el diálogo que finalmente no caminó. Así, se quemó la operación y el gobierno quedó sin jugada para el resto del año.

Cuando finalmente salió Jiménez, fue para traer a un presidente regional prestigiado, como es César Villanueva. Pero, no cambió el gabinete, porque ha saltado de cancha chica a la megalópolis limeña y carece de suficientes contactos políticos. Por ello, el cambio pasa inadvertido y el nuevo premier no ha refrescado al gobierno, que era imprescindible.

Esta caída se debe al mal manejo de la esfera política. Algunos rubros de la actuación gubernamental son particularmente desaprobados por Juan Pueblo. Se trata de seguridad ciudadana, donde 63% piensa que lo está haciendo mal; corrupción, donde el 45% lo desaprueba y promesas incumplidas, que motivan el rechazo del 63% Así, está clara la razón del descontento. Se trata de darle respuesta.

Pero, el presidente luce carente de línea y también de operadores para navegar en una jungla que no conoce bien. Sin embargo, posee algunas fortalezas que podría potenciar. Se hallan en los sectores populares, en mujeres y jóvenes. Nada desdeñable como base social para desarrollar una estrategia que le permita cerrar su periodo con dignidad.

Asimismo, sus fortalezas temáticas se hallan en relaciones exteriores, programas sociales y manejo económico, añadiendo su capacidad para incrementar inversiones. Un dato clave es relaciones exteriores, porque constituye un indicador de la percepción ciudadana.

La gente lo aprecia porque se trata de Perú contra Chile en La Haya, simbolizando el entendimiento nacional alrededor de una causa común. Es decir, a la ciudadanía le desagrada el pronunciado conflicto interno y está interesada en metas que importen a todos.

Si esto es así, al gobierno le convendría reducir el enfrentamiento con sus rivales políticos, porque la crispación no lo ayuda. En forma paralela, puede comenzar a recuperar posiciones con causas nacionales, como por ejemplo, a propósito de la próxima sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Será un momento delicado, sea cual fuere el fallo, porque es necesario ejecutarlo y para ello solo queda entenderse con Chile, en un procedimiento que inevitablemente será complejo. Si el gobierno maneja bien el momento y la gente se siente satisfecha, puede dar un gran salto adelante.

Otro tema relevante que funcionaría en la misma dirección es la celebración del bicentenario de la rebelión del Cusco, que transcurrió en 1814-15. Fue el mayor esfuerzo puramente peruano por la independencia de España, su liderazgo fue mixto, criollo-indígena y abarcó todo el sur andino, extendiéndose desde el Cusco a Huancavelica, Ayacucho, Arequipa, Puno y la actual Bolivia.

Los hermanos Angulo, Pumacahua y Mariano Melgar merecen ser recordados. El gobierno podría ponerse a la cabeza de un programa que realice un puente entre ayer y hoy. De los peruanos de la independencia a los retos de la nación moderna de nuestros días.

Pero el escepticismo deriva de la debilidad del manejo político. Sigue el mismo piloto automático de hace veinte años, cuando la vaca gorda de los commodities está comenzando a adelgazar. Al gobierno le convendría reaccionar y ahora es cuando, porque a fin de año se renueva compromisos.