Investigadores de la Universidad de Gotemburgo (en Suecia) precisaron que si bien los antioxidantes (como la vitamina A, C, E) evitan el riesgo de ciertas enfermedades al combatir los radicales libres también pueden provocar una serie de daños. 

Por ejemplo elevadas dosis de vitamina A (en la forma de betacaroteno) producirían un gran riesgo de cáncer de pulmón en los fumadores, mientras que con cantidades similares de vitamina E se incrementarían los riesgos de infarto hemorrágico en el cerebro y el cáncer de próstata.

Cuando los ratones con cáncer de pulmón en sus etapas iniciales recibieron antioxidantes se aceleró el crecimiento de sus tumores. De esta manera el cáncer mató a los ratones dos veces más rápido que a aquellos que no recibieron antioxidantes.

Fuente: Efe