Cerca de 300 pobladores de los distritos de Incahuasi y Cañaris, Lambayeque, se reunieron ayer en asamblea en una zona cercana al campamento del proyecto Cañariaco, de la minera Candente Cooper, en un acto de celebración del primer año su resistencia a la explotación extractiva en el área. 

Y aprovecharon la ocasión para anunciar que sus protestas, que el año pasado resultaron en 25 heridos, se reanudarán en marzo. Los comuneros cuestionan las concesiones hechas a la empresa por el gobierno central en territorios que consideran suyos, y reclaman que los anunciados proyectos de desarrollo que deberían acompañar al proyecto no se han concretado.

Los comuneros también cuestionan la aprobación de un Estudio de Impacto Ambiental, que Candente Cooper presentó a fines de enero pasado en el caserío de Atunloma. De acuerdo con los dirigentes de la asamblea de ayer, los comuneros presentes en esa reunión, que aprobaron el EIA, no tenían representatividad alguna.

La asamblea se realizó bajo fuerte vigilancia policial, pero sin incidentes.