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foto: tvperu.gob.pe

Luego del gasoducto, ¿qué?

Humberto Campodónico propone que ahora se debe aprobar un plan que establezca la matriz energética del país para los próximos 20 a 30 años.

Publicado: 2014-07-07

"El otorgamiento de la buena pro para la construcción del gasoducto sur peruano (GSP) es una muy buena noticia, pues permitirá el suministro de gas natural al sur del país, diversificando la oferta, actualmente concentrada en la zona central, principalmente en Lima. Igualmente, el GSP garantizará la seguridad del actual gasoducto y poliducto a Lima –que solo tienen un ramal cada uno– para prevenir cualquier percance", dice Humberto Campodónico, ex director de Petroperú, acerca de la reciente licitación del GSP. Compartimos su columna de opinión publicada hoy en el diario La República.

El otorgamiento de la buena pro se vio empañada por la protesta de un postor, que no pudo presentar su oferta debido a que varió la composición de sus accionistas. Afirma ProInversión que aceptar este cambio significaba violar las propias bases del concurso, motivo por el cual se tuvo que rechazar la presentación de su oferta. Nos parece válida esta posición la misma que, sin embargo, deberá ser aclarada en todos sus extremos para garantizar la transparencia del proceso.

Inmediatamente después de otorgada la buena pro, se ha planteado que el GSP solo será rentable “si se exporta gas natural o energía eléctrica a Chile” (El Comercio, 27/06/14), país que tiene un déficit de abastecimiento de energía para sus minas de cobre en la zona norte. Este planteamiento coloca, una vez más, la carreta delante de los caballos.

Lo primero que se tiene que hacer es aprobar un Plan Energético de Mediano y Largo Plazo que establezca la matriz energética del país para los próximos 20 a 30 años, a partir de la priorización de las reservas energéticas que existen en el país: gas natural, petróleo, energía hidroeléctrica y el fomento de las energías renovables (solar, eólica, biomasa), principalmente. La nueva matriz debe ser ambientalmente sostenible.

Todos los países tienen ese Plan. En EEUU ha estado prohibida la exportación de petróleo crudo desde 1979, ya que existía un déficit de petróleo que afectaba la seguridad energética (1). Recién hace 15 días el Presidente Obama levantó la restricción pues la nueva oferta del “shale oil” (petróleo esquisto) cambió la situación. La energía mueve las economías de los países y todos actúan en consecuencia. El planteamiento de que el “libre mercado” proveerá la seguridad energética simplemente no está en la agenda. Salvo en el Perú.

La nueva matriz nos dirá claramente cuáles son nuestras prioridades, nuestros déficits y la política energética que garantice nuestra seguridad en el mediano plazo. Eso se puede hacer, ya, pues existen varios estudios que significan un gran avance, principalmente la “Nueva Matriz Energética Sostenible” (NUMES), elaborado con fuerte apoyo del BID.

Entonces, ¿cuál es el problema? Que el artículo 8 de la Ley de Hidrocarburos, Ley 26221 de 1993, establece que los hidrocarburos son del Estado mientras estén bajo tierra (“in situ”), pero una vez extraídos le pertenecen al licenciatario, quien puede disponer de ellos como mejor le convenga, previo pago de una regalía. Si los quiere vender en el mercado interno, lo hace. Si los quiere exportar, también lo puede hacer.

Por esa razón, el gas del Lote 56 se exporta a México debido a un contrato firmado en el 2007 entre Repsol y la Comisión de Electricidad de México, contrato en el que no intervino el Estado peruano. ¿El problema? Que el precio pactado es inferior al que se paga en el mercado peruano. ¿Por qué? Porque así lo determinó el vendedor (Repsol), que ni siquiera se preocupó de establecer una cláusula de equilibrio económico, el ABC de este tipo de contratos.

Lo mismo podría suceder con el gas del Lote 58, que Petrobras le acaba de vender a la estatal china CNPC y que debería abastecer al flamante GSP. Se afirma que el objetivo de CNPC es llevar el gas al Sur, licuefactarlo en una planta de LNG y exportarlo a China. Punto. No le interesaría garantizar la demanda nacional, que debería también incluir la industria petroquímica. ¿Será cierto? No lo sabemos de seguro. Pero lo que sí es seguro es que lo podría hacer sin ningún problema, al amparo de la Ley 26221.

Volvamos al principio. No se trata de exportar o no gas a Chile o a un tercer país. El tema es que el país determine con claridad su horizonte energético de mediano plazo.

Y lo más importante: avanzar hacia la diversificación productiva, lo que se hace posible con la petroquímica (PQ) del etano, para lo cual hay que construir un ducto de líquidos, al lado del ducto de gas del GSP. La PQ nos permitirá producir plásticos generando miles de empleos en Medianas y Pequeñas Empresas, con mayor valor agregado, desterrando la informalidad y abasteciendo a los países vecinos que no tienen PQ (2).

¿Por qué no estamos discutiendo este tema crucial y sí El Comercio avanza la ficha de la exportación? Agreguemos que la PQ forma parte del Plan Nacional de Diversificación Productiva de PRODUCE, que se afirma es apoyado 100% por el Presidente de la República. Y, ojo, no habrá PQ si no se garantiza el gas del Lote 58 para el GSP, además de que el etano de los Lotes 88 y 56 también vayan al sur en el ducto de líquidos.

Todo esto se hace posible con la construcción del GSP. Muy bien por eso. Pero hay todavía muchísimo que hacer.

(1) Ver el detalle en www.cristaldemira.com, Bienvenidos al mundo real, 23/12/2013.

(2) Petroquímica y Política Pública, Cristal de Mira, 17/02/14.


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