(EFE).- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció hoy que los inmigrantes indocumentados procedentes de Centroamérica y México sufren violaciones de sus derechos "en todas las etapas" tras cruzar la frontera de EE.UU., una situación que se ha "agravado" este verano.
Estas fueron dos de las principales conclusiones a las que llegó la comisión tras una gira de cuatro días por el sur del estado de Texas, fronterizo con México, y que presentó este jueves en una rueda de prensa en la ciudad de San Antonio.
En su informe, la CIDH especifica que algunas de las violaciones que observaron en su última visita de 2009, "continúan", mientras que "la situación se ha agravado con las medidas implementadas durante este verano", tras la oleada migratoria registrada.
El vicepresidente segundo de la CIDH, el chileno Felipe González, explicó que entre las vulneraciones que sufren los indocumentados están el trato recibido por la Patrulla Fronteriza, los problemas de acceso a la Justicia, la detención de familias y la falta de supervisión de los centros.
González hizo especial énfasis en la situación que se vive en la comisaría de la Patrulla Fronteriza en la ciudad de McAllen, el primer lugar al que son conducidos los indocumentados tras su detención y que es conocida popularmente como "la hielera", ya que en su interior se registran temperaturas cercanas a los 10 grados centígrados, en contraste con el calor desértico del exterior.
La CIDH no pudo visitar estas instalaciones ya que la Patrulla Fronteriza no autorizó a los comisionados reunirse con los inmigrantes detenidos.
"Lamentamos profundamente la decisión de la Patrulla Fronteriza y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) de rechazar el libre y pleno acceso de la delegación a las instalaciones", denunció el comisionado en San Antonio, última parada de la gira.
Esta visita a la zona fue producto de la reciente crisis migratoria, cuyas cifras oficiales indican que más de 66.000 menores de edad no acompañados y un número similar de personas en unidades familiares han cruzado la frontera sur de EE.UU. huyendo de la violencia y la pobreza en sus países de origen, principalmente, de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Durante el viaje, los miembros de la Comisión visitaron el centro de detención para familias inmigrantes de Karnes City, en Texas, y recogieron denuncias de abogados por el trato que reciben los indocumentados, generalmente mujeres a cargo de menores de edad, que incluyen desde abuso sexual a malnutrición.
Además, cuestionaron la eficacia de las denuncias internas, ya que es la misma empresa privada que gestiona la seguridad del centro la que supervisa también las quejas de los detenidos.
De hecho, la CIDH lamentó en sus conclusiones que el Gobierno de Estados Unidos haya optado con la reciente crisis migratoria por la reapertura de este tipo de centros, que no operaban desde 2009, y pidió que los cierre.
"La comisión recuerda que la detención de personas migrantes en situación irregular, solicitantes de asilo y otras personas necesitadas de protección internacional es una medida indeseable", rezan las conclusiones.
González también alertó que la reapertura de estos centros de detención, que en su opinión son "una respuesta inadecuada para una emergencia", pueda convertirse en "una política permanente" del Gobierno una vez ya superado el máximo flujo migratorio, que sucedió antes del verano.
Finalmente, los comisionados llamaron la atención sobre la falta de garantías jurídicas que reciben los detenidos por carecer de un abogado que se haya podido preparar el caso o al no ser tenidas "seriamente" en cuenta las solicitudes de asilo.
Según las denuncias recibidas, estas solicitudes "se rechazan a priori, se descalifica a las personas y se asumen como una formalidad", explicó González.
En las próximas semanas, la delegación que visitó Texas presentará un informe más detallado con sus principales conclusiones y recomendaciones.
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