Los servicios de Inteligencia argentinos carecen de "ningún control" político y funcionan como un "Estado dentro del Estado", denunció Torcuato Sozio, de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC).
Y es "en el contexto de las prácticas" de estos organismos que debe ser investigada la muerte del fiscal Alberto Nisman, subraya una investigación de la ONG efectuada durante los últimos tres años sobre el control de los servicios secretos en el país suramericano.
En una entrevista con Efe, Sozio sostuvo que "cada vez que un gobierno ha querido controlar los servicios de Inteligencia ha fracasado" porque funcionan como "un Estado dentro del Estado" y "neutralizan" los controles políticos.
Por lo que, afirmó, "las cosas siguen en las mismas condiciones, funcionando incluso como lo hacían en la época de los gobiernos militares".
La estructura del Sistema de Inteligencia Nacional fue reformada en 2001, cuando se dividió en tres a los organismos entre la Secretaría de Inteligencia -el más importante y dependiente de Presidencia- y otras dos direcciones emplazadas en los ministerios de Seguridad y de Defensa.
"Estos organismos actúan sin ningún control, ni interno ni externo", aseguró Sozio.
Fiscalización desactivada
Según la misma norma, una comisión bicameral del Congreso argentino tiene las tareas de fiscalización de los órganos de inteligencia, pero el trabajo "está desactivado".
"En los últimos siete años se reunieron cinco veces, no dan información. El hecho de que unos órganos del Estado se manejen con tanta opacidad es por lo que nosotros hablamos de descontrol democrático de los organismos de inteligencia", remarcó Sozio.
A su juicio, la muerte de Nisman ha puesto la cuestión sobre el tapete, ya que "los opositores han levantado con fuerza el tema" e incluso un candidato oficialista, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, "está hablando de cuestiones que hay que reformar".
Nisman fue encontrado muerto la noche del domingo en su apartamento, con un tiro en la sien, horas antes de comparecer ante el Congreso para ampliar detalles de la denuncia que había presentado contra la presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de los iraníes acusados de atentar contra la mutual judía AMIA en 1994.
Fernández denunció este jueves que la muerte de Nisman se enmarca en una conspiración contra el Gobierno y apuntó a una guerra interna en los servicios de inteligencia, mientras la investigación avanza sin arrojar pruebas concluyentes.
"Con el funcionamiento completamente irregular que tienen estos servicios cualquier suspicacia tienen sentido, tiene asidero. Es tan oscuro que da para suponer muchísimas cosas", subrayó Sozio.
Para él, "hay una gran oscuridad respecto a cómo funciona" la SI en términos de recursos humanos y de presupuesto.
¿Habrá cambios?
En el año electoral argentino, los tres principales candidatos -Scioli y los opositores Sergio Massa y Mauricio Macri- han pedido cambios en la SI.
"Si estos candidatos presidenciales hubiesen puesto empeño para que ocurriesen en la comisión bicameral, donde está oposición y oficialismo, hubiese sido posible", opinó Sozio.
"Lo que hay es un mal funcionamiento de la clase política en su conjunto", añadió el director ejecutivo de ADC y puntualizó que, entre 2009 y 2011, la comisión estuvo presidida por la oposición y "tampoco hubo grandes cambios".
La falta de control democrático de los organismos de inteligencia es todavía una cuenta pendiente en Argentina y quedó una vez más al descubierto tras la muerte del Nisman.
Según Sozio, los organismos son "algo que la democracia debió resolver en la transición", pero que los distintos gobiernos, desde 1983, "no han logrado hacer".
"Este es un quiste que le queda a la democracia y esta es una oportunidad para removerlo", finalizó. (EFE)