El Banco Central Europeo (BCE) dejó de aceptar abruptamente los bonos griegos como garantía por financiamiento, en una decisión que coloca sobre el Banco Central de Grecia la carga de financiar a sus prestamistas y que aísla a Grecia, a menos que alcance un nuevo acuerdo con reformas económicas.

La medida, que implicará que el banco de Atenas deberá proveer a los bancos del país con decenas de miles de millones de euros en liquidez adicional de emergencia en las próximas semanas, fue una respuesta a lo que Alemania ve como la intención del gobierno de Atenas de abandonar los términos de su rescate basados en reformas.

El BCE puso fin a la excepción de la que se beneficiaban los bonos griegos y desde el 11 de febrero dejará de aceptar instrumentos de deuda emitidos o avalados por el gobierno del país heleno en sus operaciones de liquidez.

Esta decisión provocó hoy jueves la caída en masa de los mercados de valores europeos. Aunque sin dudas el recinto de cotizaciones más afectado de todos era el de Atenas, cuyas acciones llegaron a desplomarse más del 9% en los primeros intercambios, borrando las ganancias que había logrado entre martes y miércoles.

La decisión del BCE, que requirió el apoyo de la mayoría de los jefes de los bancos centrales de la zona euro, muestra la consternación generalizada con los planes del nuevo gobierno griego no sólo en Frankfurt, sino en todo el bloque de 19 países que utilizan el euro. (Reuters-AFP)


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