La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, viajaron hoy a Moscú para entrevistarse con el presidente ruso, Vladimir Putin, a quien tanto Kiev como Occidente acusan de apoyar a los separatistas que luchan contra el gobierno de Kiev en el este de Ucrania. Será el primer viaje de Merkel y Hollande a Rusia desde que comenzó la crisis.
Estos esfuerzos se intensificaron luego que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijera ayer que Rusia “necesitaba demostrar su compromiso para terminar con el derramamiento de sangre de una vez por todas”. Además señaló que el presidente Barack Obama, estudia el suministro de armamento defensivo a Ucrania, debido al recrudecimiento de los combates. “Por ese motivo, el presidente estudia diferentes variantes, entre las cuales figura la posibilidad de suministrar armamento defensivo y sistemas a Ucrania”, dijo Kerry en una conferencia de prensa tras reunirse con el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk.
Por su parte, Dmitry Peskov, portavoz de Putin, confirmó la reunión del mandatario ruso con Merkel y Hollande y señaló que los tres líderes discutirán las formas de terminar “la guerra civil” en Ucrania. Según The Guardian, estas declaraciones seguían la línea del Kremlin, respecto a que no son parte del conflicto. Esto pese a la evidencia logística y militar de que efectivamente brindan apoyo a los rebeldes.
Una fuente diplomática dijo al diario británico que la reunión programada para el mes pasado en Kazajistán y en la que iban a participar Merkel, Hollande, Putin y Poroshenko fue cancelada principalmente porque la canciller alemana dijo que no asistiría a menos que hubiese una señal clara de que se podría tener un progreso en la crisis.
The Guardian concluye que la presencia de Merkel podría significar que existe un acuerdo que satisfaga a todas las partes, o puede ser el último intento para presionar a Putin a que acepte negociaciones antes de que EEUU entregue armas a Ucrania y el conflicto escale aún más. (La Tercera)