"Deberíamos garantizar que nuestro sistema permita a nuestros ciudadanos traer al mundo a dos hijos. Y deben hacerlo", declaró Mei Zhiqiang, vicedirector de la comisión de planificación familiar de la provicina de Shanxi, citado por el sitio web gubernamental sxrb.com.
China introdujo hace poco más de treinta años la política del hijo único para frenar una demografía galopante, alentada por Mao Tse Tung.
Sin embargo, el envejecimiento resultante de la población, y el desequilibrio numérico entre hombres y mujeres, en beneficio de los primeros, plantean ahora muchos problemas a las autoridades. De ahí la reforma propuesta por Mei, rápidamente criticada.
"Las intenciones del señor Mei de refundar el marco demográfico de China tal vez sean sinceras", consideró un editorialista del diario Global Times, cercano al Partido Comunista. Sin embargo, añadió, la política de los dos niños "no se le puede imponer a los padres chinos", por lo que sería mejor mantener la actual política del hijo único, flexibilizada recientemente para permitir más nacimientos.
En vigor de la última reforma, las parejas en las que al menos un miembro sea hijo único pueden tener dos niños. La posibilidad no se ha traducido en un aumento de los nacimientos que esperaban las autoridades del país más poblado del mundo (1.370 millones de habitantes).
Según varias investigaciones publicadas en la prensa china, las familias se han acostumbrado a la política del hijo único, y dado lo pequeño de los apartamentos y la carestía de la vida en general y de los estudios en particular, no tienen muchos incentivos para querer un segundo hijo. (AP)