Santiago (EFE).-  "No he pensado en renunciar ni pienso hacerlo. De ninguna manera", aseguró la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Además, subrayó que la corrupción en el país "no es generalizada" y que el hecho de que se investigue a algunos de sus familiares demuestra que no se tapan las cosas. 

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Ante los rumores periodísticos sobre su posible renuncia, surgidos tras los escándalos políticos que han salido a luz en Chile recientemente, Bachelet señaló que "eso sería un quiebre institucional" y enfatizo en que no renunciará pese a las denuncias. 

Sobre los escándalos, en uno de los cuales está implicado su hijo y su nuera, dijo: "Puede que haya corrupción en Chile, pero no es generalizada. No todo el mundo es corrupto en nuestro país".

La jefa de Estado lamentó que en Chile se esté instalando "una suerte de cultura de la desconfianza". El hecho de que se esté investigando a sus propios familiares o que haya empresarios que están en prisión preventiva demuestra que el Gobierno de Chile no está intentando ocultar nada, aseguró. 

"Aquí no hay ciudadanos de primera y de segunda clase", recalcó la jefa de Estado, cuya popularidad ha caído abruptamente en las últimas semanas, según muestran las encuestas.

"Más allá de la sensación de los chilenos de que aquí hay poderosos que se mueven y que hacen cosas, tanto en el mundo empresarial como en el mundo político, lo que ha pasado en nuestro país demuestra lo contrario", declaró la presidenta.

Michelle Bachelet se refería así a casos en los que se entremezcla la política y los negocios y en los que se han visto implicados empresarios como los dueños del grupo Penta Carlos Alberto Délano y Carlos Lavín o el propio hijo de la mandataria, Sebastián Dávalos, y su esposa, Natalia Compagnon.