Los seis partidos con representación en el Parlamento de Austria han condenado hoy el genocidio armenio, del que estos días se conmemora su centenario, mediante una declaración conjunta y un minuto de silencio en el pleno de la Cámara.
La presidenta del Parlamento, la socialdemócrata Doris Bures, manifestó que el 24 de abril de 1915, cuando comenzaron las represalias contra los armenios en el Imperio Otomano, "fue el inicio de una política de deportación y persecución que terminó en el genocidio".
Bures hizo asimismo un llamamiento a la voluntad de reconciliación y subrayó que el reconocimiento de la culpa histórica es la base para poder lograr un entendimiento sostenible.
El entonces Imperio Austro-húngaro era aliado, al igual que Alemania, del Imperio Otomano durante la Pimera Guerra Mundial.
Existen documentos, tanto de diplomáticos como de religiosos austríacos y alemanes, que describían y alertaban sobre la matanza de armenios en territorio otomano.
"Por la responsabilidad histórica, la monarquía austro-húngara era aliada del Imperio Otomano, es nuestro deber reconocer y condenar esos terribles acontecimientos como genocidio", indica la declaración presentada hoy.
A pesar de este documento de las formaciones políticas, Austria como Estado y el Parlamento como institución siguen sin reconocer como "genocidio" lo sucedido entonces.
Un portavoz del Ministerio de Exteriores, que gestiona las delicadas relaciones con Turquía, explicó que Austria no reconoce el genocidio como tal porque esa figura legal sólo existe desde 1948, según recuerda hoy la prensa del país centroeuropea.
De esta forma, Austria ha conmemorado el centenario del genocidio, haciendo además alusión a su responsabilidad en lo sucedido al ser un Estado aliado de los otomanos, al tiempo que no tensa las ya complicadas relaciones bilaterales con Turquía.
El Gobierno austríaco, formado por socialdemócratas y conservadores, ha mostrado con claridad su oposición a que Turquía ingrese en la Unión Europea, una postura respaldada por la gran mayoría de la población, según las encuestas.
El jefe del grupo parlamentario del conservador Partido Popular, Reinhold Lopatka, dijo hoy en la Cámara que la declaración adoptada "no es una provocación" y que tiene como objetivo impulsar la reconciliación entre Turquía y Armenia.
La declaración indica que 1,5 millones de personas fueron víctimas en ese genocidio, que además afectó a decenas de miles de miembros de otras minorías cristianas de la región, como arameos, asirios, caldeos y griegos.
Turquía reconoce que hubo una matanza de armenios, pero no un genocidio como un acto organizado y planificado para exterminarles, y lo enmarca dentro de los sangrientos sucesos de la I Guerra Mundial, en la que muchos armenios apoyaron a las enemigas tropas rusas (EFE).
[Foto de portada: minube.com]
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