El caso de la transexual Verónica Bolina ha conmocionado a Brasil, y también abrió un fuerte debate sobre la transfobia (discriminación y violencia contra las personas transgénero) en el gigante sudamericano.
Bolina, reconocida figura de la industria para adultos brasileña, fue detenida el pasado 12 de abril, acusada de intento de homicidio, cargo desmedido si se tiene en cuenta que lo que motivó su intervención fue una denuncia por agresión de una anciana que vive en el mismo edificio. Pero ahí recién empezaría su calvario.
Las imágenes que muestran el salvajismo con que los agentes policiales y penitenciarios trataron Verónica Bolina han causado indignación. Se inició una campaña en redes sociales denominada #TodosSomosVeronica.
Durante la detención la desnudaron y la golpearon hasta desfigurarle el rostro. Luego la raparon y la trasladaron a la cárcel de Bom Retiro, en Sao Paulo, donde las vejaciones continuaron: para terminar de humillarla, la vistieron de hombre.
En un comunicado, la Secretaría de Seguridad Pública de Brasil justificó su accionar. Según las autoridades penitenciarias, las heridas se produjeron después de una pelea que se desató porque Bolina habría comenzado a masturbarse en su celda y los guardias quisieron impedirlo.
Lo que sembró más dudas sobre la versión oficial fue una extraña declaración emitida por la propia Bolina tras el escándalo generado, en la que aseguraba que los guardias habían procedido bien. Esto aumentó las sospechas de que la joven fue amenazada y torturada para que exculpe a sus agresores.
Violencia institucionalizada
Carlos Fonseca, presidente de la Asociación Brasilera de Lésbicas, Gays, Bisexuales, Travestis y Transexuales (ABGLT) y consejero nacional de Derechos Humanos, analizó el caso de Verónica.
Fonseca señala que la homofobia está institucionalizada en Brasil, lo que se manifiesta de varias formas y en diversos lugares.
"Hay un discurso de odio al movimiento LGBT, como por ejemplo el que observamos en diputados y religiosos. Existe también una condición de sub-ciudadanía, de tratamiento desigual. Vemos esto no sólo en la sociedad, sino también en las instituciones, inclusive del Estado".
Fonseca sostiene lo ocurrido con Verónica revela varios problemas de fondo: una extrema transfobia, el tratamiento violento de la Policía paulista, con falta de respeto a la integridad física y mecanismos de coerción.
DATO: De acuerdo con las denuncias de violación contra la población LGBT, de la Defensoría Nacional y del Disque Derechos Humanos (Disque 100), de 2011 a 2014, se registraron 7,649 denuncias, de las cuales aproximadamente el 16% son contra travestis y transexuales.