(EFE).- El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, reconoció hoy en Roma que en su estrategia contra el cambio climático no tiene aliados y aseguró que los impedimentos para tener éxito en ese combate son de carácter político, no técnico.
Correa defendió que es necesario "producir más con menos cantidad de energía, con menos cantidad de recursos" después de participar en el Vaticano en una reunión internacional auspiciado por la Santa Sede y Naciones Unidas.
"Tuvieron la amabilidad de invitarme porque Ecuador ha tenido algunas iniciativas, como la Iniciativa Yasuni, que lamentablemente fracasó pero el concepto es válido", explicó el jefe del Estado en una entrevista con Efe y Radio Vaticano.
Correa aludió a esa propuesta por la que su país reclamó una compensación a la comunidad internacional por conservar intacto el petróleo del subsuelo del parque nacional Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana, para ilustrar su posición sobre el cambio climático.
"Ningunos, pero así se empieza", reconoció el mandatario preguntado sobre con cuántos aliados cuenta para las ideas que explicó en la Ciudad del Vaticano en un foro que el martes inauguró el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
En ese encuentro, Correa aseguró que la mayoría de los daños ecológicos los causan países ricos, que deben dar a países en desarrollo la posibilidad de ser compensados por ello para garantizar además la conservación del planeta.
"La forma en la que se gestionan la riqueza y el consumo en las sociedades ricas e industrializadas es un factor crucial para determinar quién es responsable de los mayores impactos medioambientales", dijo Correa en esa reunión.
"Yo creo que nos adelantamos un poquito a nuestro tiempo", rememoró al recordar la iniciativa de Yasuní, pero el presidente ecuatoriano añadió: "En todo caso creo que los argumentos son impecables, se trata de justicia ambiental".
"Se trata de que los países generan bienes ambientales que son de libre acceso pese a que el consumo o sobreconsumo de estos bienes afectan a los bienes", continuó en la entrevista a Efe y la radio de la Santa Sede.
"Hay bienes que usted puede utilizar una y otra vez (...) Por ejemplo, un software, pero utilizar la naturaleza, enviar gases de efecto invernadero, etcétera, crea transtornos con el cambio climático, que es el mayor problema que tiene que enfrentar la humanidad", explicó.
E insistió en que a cambio de los "bienes ambientales" que generan "sobre todo en los países de la cuenca amazónica, pulmón del planeta, por esos bienes ambientales no recibimos nada a cambio".
"Pero si usted quiere utilizar conocimientos que se generan en el primer mundo -tecnología, ciencia, etcétera- tiene que pagar royalties, son productos patentados", agregó.
"Cuando debería ser lo inverso: ese conocimiento, que no tiene lo que se llama en economía rivalidad en el consumo, deberían darse incentivos para que una vez creados la mayor cantidad de gente los pueda utilizar", añadió el presidente.
Su argumento siguió de la siguiente manera: "estamos hablando básicamente de conocimientos para mitigar el cambio climático, para hacer más eficiente nuestra economía, lo que se llama la desmaterialización de nuestras economías".
Se trata, dijo Correa, de que es necesario que se extienda la norma de "producir más con menos cantidad de energía, con menos cantidad de recursos o, lo que es lo mismo, con menos cantidad de energía-recurso".
Aseguró que la solución pasa por que en bienes ambientales, "donde tiene efectos devastadores el sobreconsumo", este se restrinja.
Correa recordó que su país presentó el concepto de Emisiones Netas Evitadas, es decir, las emisiones contaminantes que un país podría generar pero no lo hace, y que no incluyó el acuerdo de Kyoto de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Y al hablar de la necesidad de ampliar ese acuerdo internacional, dijo Correa, "se hace exactamente lo contrario. ¿Por qué? Porque el problema no es técnico, es político".
"¿Quiénes producen bienes ambientales y quiénes consumen bienes ambientales? Por un momento imaginemos que fuera a la inversa la situación al revés: que fuesen los países desarrollados los que generan bienes ambientales, y nosotros los contaminadores: ya nos hubieran invadido para exigir una compensación", concluyó el presidente ecuatoriano.