Las próximas elecciones en la ciudad de Buenos Aires, en las que se elegirá el nuevo alcalde porteño, introducirán una novedad en el sistema electoral local: una boleta electrónica cuya implementación todavía desconoce el 25% de los votantes. 

Según un estudio de la Universidad de Buenos Aires publicado hoy en el diario Tiempo Argentino, uno de cada cuatro porteños no conoce el sistema electrónico que se usará el próximo domingo 5 de julio, una situación que aumenta en el sur y en el oeste de la ciudad.

El Gobierno porteño instaló, en las primarias del pasado 26 de abril, unas máquinas electrónicas de prueba como capacitación previa a las generales del próximo domingo, en las que todo el padrón electoral deberá utilizar la nueva modalidad.

La Administración porteña bautizó al sistema como "Boleta Única Electrónica (BUE)" y, recientemente, lanzó un simulador en línea para continuar con la difusión del nuevo mecanismo.

La BUE consistirá en una boleta en blanco que se colocará en la ranura de una máquina, donde se imprimirá el voto del elector, que podrá optar entre votar la lista completa de candidatos de un partido o cambiar según las distintas categorías de aspirantes a alcalde, legisladores e integrantes del gobierno comunal.

El nuevo sistema, a diferencia de otros puntos de Argentina donde llevó seis años implementarlo en forma progresiva, debutará en territorio porteño en tan solo una elección y en medio de la polémica por la seguridad informática y las garantías para la preservación del voto.

En enero pasado, el partido opositor Unión Cívica Radical se presentó ante la Justicia electoral porteña para frenar la instalación de las boletas electrónicas, pero el sistema finalmente fue avalado.

"Hasta el momento no se han detectado problemas graves ni indicios de que las observaciones puedan causar inconvenientes insalvables en el día de la elección. Los principales auditores de los comicios siguen siendo tanto los fiscales de las agrupaciones políticas, como los mismos electores", sostuvo el tribunal.

Desde la Fundación Vía Libre, en cambio, sostienen que ningún sistema de voto electrónico, ni siquiera el porteño, asegura "la integridad y el secreto del voto ni la capacidad de auditoría ciudadana".

En diálogo con Efe, Beatriz Busaniche, de Vía Libre, sostuvo que "está comprobado que la gran mayoría de los votantes", cuando vota con una pantalla, no corrobora que lo que imprime en la boleta sea lo mismo que ha elegido.

"Esto permite, si hay mala intención por parte de alguien que puede manipular la máquina de votación, cada una determinada cantidad de votos, pasar uno del candidato A al candidato B. Esa ingeniería social es indetectable en el escrutinio definitivo", sostiene Busaniche. (EFE)