Los obispos católicos chilenos arremetieron hoy contra un proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres casos específicos, cuyo trámite legislativo debe comenzar el próximo martes en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
El aborto "nunca es terapéutico", sostiene una declaración de la Conferencia Episcopal, que apela directamente a "los legisladores cristianos" para que hagan fracasar la iniciativa gubernamental.
"A quienes ocupan cargos de autoridad los exhortamos a proteger a toda persona, especialmente a los más débiles y desvalidos, y a amar y respetar por igual a la madre y su hijo", señala el texto.
"'Despenalizar' el aborto ante situaciones de violación es renunciar a la tutela de los más débiles e indefensos y un acto de rendición del Estado ante el flagelo de la agresión sexual a mujeres", sostiene.
El proyecto propone la despenalización del aborto cuando esté en peligro la vida de la madre, por incompatibilidad del feto con la vida y en los casos en que el embarazo es producto de una violación.
En Chile el aborto terapéutico fue legal durante más de 50 años, hasta finales de 1989, cuando en sus postrimerías, la dictadura de Augusto Pinochet lo prohibió de forma absoluta.
Las partes principales de la declaración de los obispos fueron incluidas en un inserto pagado publicado hoy en algunos diarios por ONG contrarias al aborto y a cuyo pie aparecen las firmas de cinco obispos católicos.
En el inserto estos obispos hacen un "urgente pedido de coherencia" a los legisladores católicos y anunciaron que en las próximas elecciones recordarán "a los fieles la prohibición de dar el voto a favor de un candidato que haya apoyado el proyecto de aborto".
Según los firmantes, en la práctica el proyecto del Gobierno abre la puerta "al aborto libre" y afirman que para un parlamentario católico "no existe el derecho moral de aprobar esta iniciativa legal".
En el Gobierno, la ministra de la Mujer, Claudia Pascual, calificó de "complejas" las presiones de la Iglesia Católica sobre los parlamentarios que profesan esa religión y consideró que "esta forma de dar los debates en el país no es la que ayuda".
"Queremos reiterar nuestro llamado a hacer este debate con altura de miras, sin caricaturas, sin amenazas y poder hacerlo escuchando y legislando para el país", señaló a los periodistas Pascual, en cuya opinión las presiones apuntan directamente a los parlamentarios demócrata cristianos.
Dicho partido, integrante de la coalición oficialista, ha vivido un intenso debate interno en torno al proyecto y su directiva optó por dejar a sus diputados en libertad de acción para actuar en el Congreso.
En una primera reacción, el jefe de los diputados democristianos, Ricardo Rincón, pidió a los obispos "que no contribuyan a confundir a la ciudadanía".
"O están muy desinformados, o no comprenden la naturaleza y funciones del poder legislativo, o, lo que sería peor, pretenden influir a través de declaraciones que no se ajustan a la verdad", afirmó Rincón al ser preguntado por periodistas sobre el pronunciamiento de los obispos.
Recordó, al mismo tiempo, que en la instancia que se avecina solo se verá la idea de legislar un proyecto "que obviamente será perfeccionado como corresponde, a través del trabajo legislativo".
Entre los diputados democristianos hay opiniones en contra de despenalizar el aborto en casos de violación, asunto que ha cruzado el debate interno en las últimas semanas.
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Texto y foto de cabecera de EFE