Según un sondeo publicado este jueves, la impopularidad de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, alcanzó un récord entre todos los mandatarios que fueron evaluados por la encuestadora Datafolha desde 1990, lo cual atiza una crisis política ya agudizada por la corrupción en Petrobras.

Solo un 8% de los entrevistados aprueba la gestión de Rousseff, frente a un 10% en junio. En tanto, un 71% cree que el gobierno es malo o pésimo, seis puntos más  respecto al 65% que opinó eso en el sondeo previo.

Un 66% de los entrevistados cree que el Congreso debería abrir un proceso de impugnación a Rousseff, pero sólo un 38% estima que debería abandonar la presidencia.

PIERDE APOYO POLÍTICO

De otro lado, los dos partidos laboristas de Brasil abandonaron hoy la base que apoya a Dilma Rousseff en el Congreso.

La decisión anunciada por el Partido Laborista Brasileño (PTB) y el Partido Democrático Laborista (PDT) se limita por ahora a los grupos de ambas formaciones en la Cámara de Diputados y se desconoce si será seguida por sus representantes en el Senado.

Sin embargo, en ambos casos se aclaró que se trata de un "primer paso" que pudiera llevar a una ruptura mayor de dos partidos que tienen igual número de cargos en el gabinete de Rousseff.

El PTB ocupa el estratégico Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior con Armando Monteiro, mientras que el PDT controla el Ministerio de Trabajo, que dirige Manoel Dias.

Entre ambos partidos suman un total de 46 diputados, que suponen casi el 10 % de los 513 miembros de la Cámara.

El diputado André Figueiredo, jefe del grupo del PDT, dijo que "la gota que rebasó el vaso" fueron las críticas que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) hizo a esa formación, después de que votó en contra de algunas medidas de ajuste fiscal propuestas por el Gobierno.

"Nos llamaron traidores y eso es inaceptable", apuntó Figueiredo, quien explicó que la decisión se limita "por ahora" a la cámara baja, aunque pudiera ser respaldada por el grupo del PDT en el Senado. "Naturalmente, se pueden dar otros pasos", declaró.

La explicación del PTB fue similar y la dio el jefe del partido en la Cámara de Diputados, Jovair Arantes. "A partir de este momento, el grupo de diputados del PTB decide asumir una posición de independencia con relación a las votaciones y se reserva el derecho de votar y opinar como quiera", manifestó.

Ambos partidos justificaron el paso al costado en sus diferencias con relación al impopular ajuste que ha propuesto el Gobierno en su intento de enderezar las maltrechas cuentas públicas.

Esas medidas han implicado un fuerte recorte del gasto público previsto para este año y un aumento de la recaudación fiscal por la vía tributaria, que han sido mal recibidos por la sociedad y han agravado el malestar generado por el colosal escándalo de corrupción en la empresa estatal Petrobras.

La austeridad impuesta por el Ejecutivo ha enfriado la economía, que ha parado en seco y, según previsiones oficiales, se contraerá este año un 1,5 %, aunque los analistas privados elevan esa tasa a casi un 2 %.

- Con información de EFE