La marcha de indígenas ecuatorianos llegó hoy a las afueras de Quito, tras diez días y más de 700 kilómetros recorridos, en protesta contra el Gobierno del presidente Rafael Correa, mientras que el oficialismo anunció la defensa de la democracia y advirtió de supuestos fines desestabilizadores.
Los indígenas llegaron al sector de Cutuglagua, al sur de la capital, con la intención de avanzar mañana a zonas céntricas de la urbe, donde permanecerán, según sus dirigentes, de forma indefinida hasta que el Gobierno atienda sus demandas.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), que además de la marcha convocó el lunes a un "levantamiento" de todas las comunidades, planteó un pliego de rectificaciones al Gobierno que incluye el archivo de un proyecto de enmiendas constitucionales impulsado por el Ejecutivo.
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Los indígenas critican esas enmiendas porque, entre otras cosas, permiten la reelección indefinida, mecanismo que temen sea usado por el mandatario Correa para "perpetuarse en el poder".
La Conaie también demanda la derogación de una Ley de Aguas, el archivo de un proyecto normativo sobre la propiedad de la tierra, el restablecimiento de un sistema de "educación intercultural bilingüe" y el libre ingreso a las universidades.
Por contra, otras organizaciones sociales afines al Gobierno anunciaron hoy que mañana también efectuarán una manifestación de apoyo al Gobierno del presidente Rafael Correa.
Rodrigo Collahuaso, legislador por el oficialista movimiento Alianza País y dirigente de una Coordinadora de Movimientos Sociales, señaló en rueda de prensa que unos cien grupos populares participarán en la acción de defensa del Gobierno.
Collahuaso sostuvo que la marcha en apoyo caminará hasta la Plaza Grande, frente al Palacio de Gobierno, donde permanecerá de manera indefinida.
En la misma rueda de prensa, Luis Zimbaña, del grupo "Amaru", remarcó que los grupos que apoyan al Ejecutivo saldrán a las calles a defender la "Revolución ciudadana", como se denomina al modelo impulsado por la actual administración.
"Estamos en alerta, vigilantes de este proceso y, de hecho, estaremos donde tengamos que estar para defender" al Gobierno, añadió Zimbaña.
El presidente Correa, por su parte, insistió hoy en que no es una coincidencia que sean los gobiernos progresistas de América Latina los que afronten este tipo de protestas de la oposición.
"¿Cuándo se ha visto a un gobierno de derecha enfrentando este tipo de protestas?", se preguntó el mandatario, que desde hace varios meses ha advertido de supuestos afanes desestabilizadores por parte de grupos de poder del país y del exterior.
Correa ha afirmado que las protestas de indígenas y sindicatos, supuestamente, le hacen "el juego a la derecha" política del país, extremo negado por los dirigentes de la Conaie y las centrales obreras.
De su lado, Guillermo Laso, líder del movimiento político "Creo" y una de las cabezas visibles de los grupos de oposición de derechas, anunció hoy que ha convocado a una movilización en Guayaquil para el próximo jueves, el día de la huelga sindical.
Esa acción, dijo Laso, aparece como una "señal de lucha contra un Gobierno que conspira contra la democracia y le da un golpe duro a la economía de la familia ecuatoriana" (EFE).
[Foto de portada: EFE]
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