La Fundación Pablo Neruda demandó hoy, al cumplirse 42 años de la muerte del escritor, que los restos del poeta chileno, exhumados hace dos años por orden judicial, sean devueltos "a su residencia en la tierra", en la localidad costera de Isla Negra, que él eligió para su descanso eterno.
"Compañeros, enterradme en Isla Negra, junto al mar que conozco...", escribió el ganador del Premio Nobel de Literatura en 1971, cuyo cadáver fue exhumado en abril de 2013, en el marco de una investigación para determinar si murió asesinado o a causa de un cáncer el 23 de septiembre de 1973, como señala la versión oficial.
La investigación se abrió tras una denuncia presentada por el Partido Comunista de Chile, basada en declaraciones de Manuel Araya, antiguo chófer de Neruda, quien aseguró a la revista mexicana Proceso que el poeta fue envenenado por agentes de Pinochet en la clínica donde permanecía ingresado, en Santiago.
Los exámenes practicados a los restos en Chile y en el exterior han corroborado inicialmente un cáncer de próstata como la causa de la muerte. Pero una pericia realizada en el Centro de Ciencias y Técnicas Forenses de la Universidad de Murcia determinó la presencia de fragmentos moleculares de estafilococo dorado, una bacteria agresiva y mortal no asociada el cáncer.
Mientras se dilucida este hallazgo, el cuerpo de Neruda continúa en el Servicio Médico Legal (SML) de Santiago, lejos de la tranquilidad de la brisa de marina y de los restos de su esposa, Matilde Urrutia.
"Creemos que el tiempo transcurrido es más que suficiente para realizar los peritajes e investigaciones y que sus restos merecen el respeto de ser sepultados en su residencia en Isla Negra", subraya la declaración de la Fundación, que desde 1986 difunde y preserva el legado del poeta.
Neruda murió pocos días después del golpe militar que encabezó Augusto Pinochet en 1973 y su funeral, en el que millares de personas desafiaron a la dictadura, es considerado la primera protesta contra el régimen. Entre consignas a favor de la libertad y la democracia, pese a una gran presencia militar en las calles, el cadáver de Neruda fue depositado en un humilde nicho del Cementerio General de Santiago, donde permaneció hasta después de la restauración de la democracia en Chile, en 1990, cuando fue trasladado a Isla Negra.
Hoy, 42 años después, la casa Museo de Isla Negra espera el retorno de su dueño, rodeada del rugido de las olas del Pacífico y de los graznidos de las aves marinas, escenario que tanto inspiró al escritor.
(Texto: EFE)