Alrededor de 80 líderes de todo el mundo se comprometieron hoy personalmente a trabajar para eliminar la discriminación contra la mujer antes de 2030 y detallaron acciones concretas para conseguirlo.
Lo hicieron en una reunión celebrada en los márgenes de la cumbre sobre desarrollo de las Naciones Unidas y que contó con la participación de, entre otros, los presidentes de Cuba, Raúl Castro; de Argentina, Cristina Fernández; de México, Enrique Peña Nieto, y de Brasil, Dilma Rousseff.
"Como jefes de Estado y de Gobierno tienen el poder y la responsabilidad de asegurar que la igualdad de género es y sigue siendo una prioridad nacional", dijo a los líderes el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Ban, quien abrió el encuentro, llamó a crear e implementar políticas de igualdad coherentes, dar apoyo financiero a este tipo de acciones y vigilar el cumplimiento de las promesas que hacen los Gobiernos.
Todos los participantes reconocieron que la igualad de género está aún muy lejos y, como ejemplo, el presidente cubano presentó toda una serie de estadísticas.
"Una de cada tres féminas experimenta violencia física y sexual, el 90% de los 2,5 millones de víctimas de la trata de personas pertenecen al sexo femenino, sus niveles de desempleo son más elevados y reciben, como promedio, solo entre el 60% y el 75% del salario de los hombres por trabajo de igual valor", dijo.
Castro recordó además que el 70% de los millones de pobres del mundo son mujeres y que más de 300.000 de ellas mueren cada año por complicaciones evitables durante el parto.
Apuntó también al problema de la presencia de la mujer en la toma de decisiones, señalando que su representación en los parlamentos a nivel mundial solo alcanza el 22%.
Castro destacó los grandes progresos logrados por su país en materia de igualdad -prácticamente la mitad del Parlamento está formado por mujeres, por ejemplo-, pero reconoció que "queda mucho por hacer".
"Trabajamos para seguir cambiando los patrones culturales, de forma que se comparta entre hombres y mujeres el cuidado de la familia y se continúe incrementando su presencia en los cargos decisorios a nivel gubernamental, por solo mencionar algunos aspectos", explicó.
La presidenta argentina, por su parte, defendió que solo en países con desarrollo económico y pocas desigualdades es posible avanzar realmente.
"Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión", dijo Fernández.
La presidenta argentina aseguró además que incluso en los países más desarrollados "pervive una discriminación cultural hacia la mujer".
"Aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país, muchas veces las críticas que sufrimos no son políticas, sino críticas sexistas", denunció.
Peña Nieto, que fue uno de los copresidentes de la sesión, destacó la importancia de que la perspectiva de género figure como uno de los ejes de la nueva agenda global de desarrollo adoptada por los países de las Naciones Unidas.
"El empoderamiento de las mujeres enriquece y da solidez a las grandes causas de la humanidad", subrayó el presidente mexicano, que se comprometió a promocionar responsabilidades compartidas entre mujeres y hombres".
La reunión tuvo lugar precisamente en un momento en el que gana fuerza el debate sobre la conveniencia de que el próximo máximo responsable de la ONU sea una mujer.
Esa idea fue respaldada hoy por Cristina Fernández, quien se llevó una gran ovación al apoyar abiertamente esa causa.
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Texto y foto de cabecera de EFE