El Bosque Atlántico del Alto Paraná, en la región oriental de Paraguay, y el Chaco, compartido entre ese país y zonas de Argentina, Bolivia y Brasil, deben ser conservados a toda costa debido a su "importancia mundial" para contrarrestar el cambio climático, dijo hoy a Efe la organización WWF. 

"Si tuviéramos que crear una especie de Arca de Noé para elegir las áreas boscosas que es imprescindible que no se extingan, tanto el Chaco como el Bosque Atlántico del Alto Paraná tendrían que estar dentro", declaró Óscar Rodas, gerente de Cambio Climático de WWF en Paraguay.

Rodas explicó que, de las aproximadamente nueve millones de hectáreas que comprendían el Bosque Atlántico del Alto Paraná, hoy sólo quedan 1,5 millones de hectáreas, por lo que "en menos de cincuenta años se ha llevado a un ecosistema al borde de la extinción". 

Agregó además que ello ocurre pese a que desde 2005 rige para la región oriental la ley de Deforestación Cero, que prohíbe la tala, pero que se sigue practicando, de acuerdo con los controles practicados por WWF.

Según el último informe publicado por la organización, hasta agosto de 2014 se talaron 11.714 hectáreas de bosques en la región oriental, mientras que en todo 2013 desaparecieron 43.188 hectáreas de masa boscosa en esta área.

Por otra parte, Rodas recordó que la ley de Deforestación Cero no se aplica en la región occidental de Paraguay, que comprende una parte de la región del Chaco, declarada como reserva de la biosfera por las Naciones Unidas.

Según otra organización ambientalista, Guyra Paraguay, la región del Chaco ostenta una de las tasas de deforestación más elevadas del mundo.

Rodas dijo que la situación en el Chaco paraguayo es "preocupante", porque el área se perfila como "la nueva frontera del desarrollo agropecuario", con el proyecto de instalar más de dos millones de hectáreas de soja.

El representante de WWF alertó además de que los bosques del Chaco paraguayo son imprescindibles para la supervivencia de los pueblos indígenas de la zona, algunos de los cuales conforman el último pueblo nativo de América en situación de aislamiento voluntario fuera de la Amazonía.

"Si perdemos los bosques del Chaco, perdemos civilizaciones milenarias. Es lo que ya pasó en el Bosque Atlántico del Alto Paraná, de donde provenían los indígenas guaraníes que originaron la identidad paraguaya. Conservar los bosques es también conservar cultura", concluyó Rodas.

El Bosque Atlántico del Alto Paraná es una selva húmeda donde crecen plantas consumidas en la región y en todo el mundo, como la yerba mate o la stevia, mientras que el Gran Chaco Sudamericano es un variado ecosistema que comprende zonas áridas, como en el norte de Argentina, y humedales como el Pantanal, en la frontera entre Paraguay, Bolivia y Brasil.

WWF, junto a otras organizaciones reunidas hoy en Asunción, como la ONU o el Banco Mundial, debatió sobre la conservación de áreas boscosas en Latinoamérica, de cara a la Conferencia sobre Cambio Climático (COP21) que se celebrará en París entre noviembre y diciembre.


(Fuente: EFE)


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