(Efe) Pese a que ya pasó más de un año, los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la escuela de Ayotzinapa aseguraron hoy que no superarán el dolor hasta que sus hijos aparezcan con vida y se castigue a los culpables.  

En el acto recordatorio del mes 13 de la desaparición registrada el 26 de septiembre de 2014, los familiares de los jóvenes marcharon por el Paseo de la Reforma de la capital mexicana, desde el Ángel de la Independencia y hasta el Hemiciclo a Juárez, donde realizaron un mitin.

"Este Gobierno sigue con sus mentiras y luego dice que superemos el dolor, pero donde quiera que hemos ido jamás vamos a superar el dolor hasta que nos presenten a los 43 y se castigue a los culpables", dijo Maximino Hernández, padre del joven Carlos Lorenzo Hernández.

Ante los varios centenares de personas que participaron en la marcha, Maximino agradeció a la población el apoyo recibido estos meses, pidió que no los dejen solos y aseguró que seguirán marchando porque cualquiera "haría lo mismo".

"No esperemos que nos llegue a pasar a nosotros para que alcemos la voz", dijo Hernández, y añadió: "El Gobierno piensa que vamos a rendirnos, pero se equivoca, porque día a día más gente se ha sumado a nuestro dolor".

En su oportunidad, la madre de otro de los jóvenes, que no se identificó, dio las gracias al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) al que la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) encomendó investigar el caso.

"Gracias a los expertos del GIEI hoy sabemos que los estudiantes no fueron quemados en el basurero de Cocula como el Gobierno dice", dijo la mujer, en alusión al informe del experto José Torero.

Torero hizo un peritaje sobre lo ocurrido a petición del GIEI y concluyó que no había evidencias de que los jóvenes fueran incinerados en el basurero del municipio de Cocula, estado sureño de Guerrero, como aseguró la fiscalía general a principios de este año.

"Gracias a ellos seguimos en pie de lucha y queremos pedirle a todas las organizaciones que nos sigan apoyando, que nosotros no descansaremos hasta que este Gobierno nos entregue a nuestros hijos".

Precisamente el día de hoy el Gobierno mexicano también se refirió a estos expertos y, a través del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, dijo que si el GIEI sostiene que los jóvenes no fueron incinerados, entonces "que nos digan dónde y cómo" ocurrieron los hechos, y qué "sucedió exactamente" con los estudiantes.

"No tenemos absolutamente nada que ocultar", dijo Osorio en una entrevista radiofónica, y añadió que por ello el Gobierno ha pedido que se extienda seis meses más el mandato del Grupo.

Expresó el deseo de que los expertos brinden líneas de investigación y que "nos lleven hacia estas conclusiones para podérselas dar todos juntos a los familiares y a todo México", ya que "no es solamente decir si estuvo bien o no el proceso", sino que contribuyan a "encontrar esa verdad".

"Queremos que la ciudadanía esté con la certidumbre de que lo que se ha estado investigando, lo que se ha presentado como pruebas y conclusiones, se apegan exactamente a la verdad".

El 26 de septiembre de 2014 decenas de estudiantes de escuela para maestros de Ayotzinapa fueron atacados a tiros por policías corruptos en Iguala, Guerrero, presuntamente por órdenes del entonces alcalde José Luis Abarca.

Esa noche murieron seis personas, entre ellas tres alumnos, y 43 estudiantes fueron detenidos por policías y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes presuntamente los asesinaron y quemaron sus restos en el basurero del vecino municipio de Cocula, según la versión oficial.

Uno de los desaparecidos aquella noche fue César Manuel González, cuya madre, Hilda Hernández, recriminó hoy al Gobierno que busque a los jóvenes en fosas y no con vida.

"Nosotros seguimos en la búsqueda de nuestros hijos pero con vida, no como el Gobierno quiere hacerlo, que siempre puras fosas y fosas. Ellos dicen que van a buscar con tanta tecnología, pero siempre se basan en que van a buscar fosas y nosotros estamos buscando a nuestros hijos en vida", apuntó.

Hernández recordó que llevan más de un año de lucha, periodo en el que se han dado cuenta de "tantas mentiras que yo nunca me imaginé, de tanta gente mala que nos ha hecho tanto daño tanto moral y físicamente" pues, denunció, en las actividades "nos han agredido e intimidado los policías".

Frente a una cadena de policías locales que vigilaban que los padres no avanzaran hasta el Zócalo (plaza principal) de la capital, esta madre concluía: "Nuestra mejor arma es alzar la voz, decir lo que sentimos, no quedarnos callados, aunque nos intimiden".

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