Una cooperativa que se dedica al almacenamiento de agua en Honduras y una de madres solteras que crían peces en Nicaragua, son algunas de las experiencias con las que se pretende mitigar y adaptar al cambio climático el Golfo de Fonseca, en el Pacífico centroamericano. 

Esos casos fueron expuestos hoy, en Managua, por coordinadores y beneficiarios de un proyecto de adaptación al cambio climático, financiado por la Unión Europea (UE), en el Golfo de Fonseca, que El Salvador, Honduras y Nicaragua comparten en el Pacífico.

Unos 80 beneficiarios de los tres países centroamericanos se reunieron en Managua para compartir sus experiencias en técnicas de mitigación y adaptación al cambio climático durante el simposio titulado "Soluciones locales desde la zona del Golfo de Fonseca, para la adaptación al cambio climático a nivel territorial".

"Ellos han demostrado tener resultados satisfactorios con sus siembras, cultivo de peces y camarones", dijo a Efe el director del Instituto de Capacitación, Investigación y Desarrollo Ambiental de la Universidad Centroamericana (CIDEA-UCA), que dirige el proyecto trinacional, Carlos Rivas Leclair.

El proyecto persigue marcar las pautas para la adaptación al cambio climático en 19 municipios de los países que comparten en el Golfo de Fonseca, que suma una población de 800.000 personas.

Entre las experiencias exitosas, según los coordinadores y los beneficiaros, se encuentran una cooperativa que se dedica a almacenar agua en Honduras y otra de 80 madres solteras que dejaron de explotar conchas de mar para criar peces en Nicaragua, destacó Rivas Leclair.

"Proyectos como estos demuestran que la transición en la adaptación al cambio climático ya está en marcha", dijo la jefa de Cooperación para Nicaragua de la UE, Helena Guarin.

Por su parte, la decana de la Facultad de Recursos Naturales y del Ambiente de la Universidad Nacional Agraria, Matilde Somarriba Chang, quien resumió los logros del proyecto, destacó que sus productos pueden ser aplicables en otros territorios.

"Tienen diferentes tecnologías de manejo de suelo, probaron distintas variedades de cultivos para la agricultura, tecnología para conservar el agua, para producir en suelos salinos, que pueden ser validados en otros lugares con similares características", sostuvo Somarriba.

El programa, que inició en 2011 con un presupuesto de 1,30 millones de euros (1,39 millones de dólares), culminará en diciembre de 2016.

Guarin resaltó que entre los compromisos de la UE está ubicar el medioambiente y el cambio climático como un tema transversal en sus acciones de cooperación.

El Golfo de Fonseca está entre las diez zonas más vulnerables del mundo ante los efectos negativos del cambio climático, y los tres países que lo comparten se encuentran entre los 15 más expuestos ante este fenómeno, según el CIDEA-UCA. EFE


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