El Gobierno noruego presentó hoy una propuesta para modificar las leyes de extranjería con el propósito de agilizar la expulsión de refugiados llegados desde Rusia, que se ha disparado en los últimos meses.
La nueva ley, que será tramitada de urgencia y podría entrar en vigor la próxima semana, permitirá detener en la frontera a quienes hayan estrado registrados en Rusia, que serán devueltos a ese país de forma inmediata sin admitir sus solicitudes de asilo.
Rusia pasará a ser considerado un país seguro a efectos de asilo, lo que permitirá estudiar algunas peticiones en un plazo de 48 horas, mientras que el resto serán tramitadas de forma normal.
"La mayoría de quienes cruzan la frontera no huyen de una guerra civil ni son perseguidos, sólo una pequeña parte tiene derecho a protección. Eso sobrecarga al sistema de asilo noruego de forma innecesaria", dijo hoy en rueda de prensa la primera ministra, la conservadora Erna Solberg.
Solberg gobierna en minoría con el ultranacionalista Partido del Progreso, aunque tiene asegurada la aprobación del nuevo proyecto gracias al apoyo de otras fuerzas aliadas y opositoras, con las que negocia también un paquete más amplio sobre política de asilo que pretende cerrar antes de final de año.
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"Estamos en una situación extraordinaria que exige medidas extraordinarias", afirmó la primera ministra.
Cerca de 4.000 refugiados han cruzado en lo que va de 2015 el paso fronterizo de Storskog, en el Ártico, cuando la media en años anteriores no superaba la veintena, lo que ha generado problemas logísticos y ha obligado a abrir un centro de acogida adicional.
El Ejecutivo noruego ha mantenido en las últimas semanas varias reuniones a alto nivel con las autoridades rusas y ha impulsado una campaña de información en medios sociales y de comunicación de ese país para tratar de limitar la llegada de inmigrantes.
Los solicitantes de asilo registrados en Storskog las últimas semanas son en su mayoría de origen afgano, frente a un decreciente número de sirios, según la Dirección de Extranjería.
Las autoridades locales han informado de que la mayor parte de quienes llegan a Storskog recorre en bicicleta los últimos kilómetros del trayecto, desde la localidad fronteriza rusa de Múrmansk.
La elección de esa forma de transporte obedece a la prohibición rusa de pasar la zona fronteriza a pie y a que las autoridades noruegas detienen y acusan de tráfico de personas a quienes transportan refugiados en automóvil hasta el país.
Cerca de 3.500 bicicletas han sido recogidas en Storskog en los últimos meses por la Policía local, que las ha mandado destruir porque no cumplen con los estándares de seguridad de este país escandinavo, informaron hoy medios noruegos.
[Foto de portada e información: EFE]
[Imagen: Centro de refugiados de Hoybuktmoen cerca de la frontera con Rusia]
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