La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció hoy una serie de medidas para recuperar el ecosistema del río Doce, uno de los más importantes del sureste de Brasil y que fue gravemente afectado por el vertido minero ocurrido hace dos semanas. 

Rousseff, que hoy encabezó una reunión para coordinar el plan de acción posterior al accidente minero, afirmó que Brasil tiene que "dar ejemplo" y devolver el río no a su estado anterior al vertido, sino a su situación previa a la llegada del ser humano.

La mandataria recordó que en la ribera del río Doce se encuentra "la mayor concentración de mineras y siderúrgicas de Brasil", en el llamado Valle del Acero.

El plan de "revitalización" del río, que atraviesa los estados de Minas Gerais y Espírito Santo, contempla la recuperación de sus fuentes fluviales, de la flora de la ribera y la fauna.

La ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira, calificó el accidente como la "catástrofe ambiental más grave" ocurrida en Brasil y admitió que la total recuperación del río se prolongará por lo menos una década.

El accidente se produjo el pasado día 5 por la ruptura de los diques de dos depósitos de agua y residuos minerales de un complejo minero de la empresa Samarco.

La riada destruyó el poblado de Bento Rodrigues, causó cuantiosos daños en otros seis pueblos, donde dejó al menos once muertos y doce desaparecidos, anegó una gran extensión de tierras fértiles y desaguó en el río Doce.

Según Samarco, la avalancha contenía unos 62 millones de metros cúbicos de agua, hierro, tierra, arcilla, arena y otros residuos minerales.

El lodo ha causado daños incalculables a la fauna del río, además de crear un problema de abastecimiento de agua para las ciudades ribereñas.

La ministra dijo que las autoridades están poniendo en práctica un plan para reducir el impacto de la lengua de lodo y residuos cuando llegue al mar en los próximos días.

Según Teixeira, se está realizando una "acción preventiva de rescate de fauna" y se están abriendo canales para facilitar la dispersión del lodo en el océano Atlántico.

El gobernador del estado de Espírito Santo, Paulo Hartung, dijo que la desembocadura del río es una "área muy rica de vida marina" y alberga una zona de desove de tortugas.

"Por donde el barro pasa, destruye la fauna y flora del río Doce", dijo el gobernador, en la misma rueda de prensa que participó Rousseff.

Por el momento, el Gobierno ha impuesto a Samarco una multa de 250 millones de reales (cerca de 65 millones de dólares) por los daños ambientales y la minera se ha comprometido con la fiscalía a pagar otros 1.000 millones de reales (unos 262 millones de dólares) para recuperar los ecosistemas.

No obstante, según Rousseff, estos fondos pueden no ser suficientes para la recuperación del río, a pesar de que los daños ambientales aún no han podido ser cuantificados. EFE


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